Pan de molde sencillo con y sin thermomix

Tengo que reconocer que disfruto amasando pan, me gusta sentir la masa en mis manos, es algo primitivo, natural. Solos unos ingredientes sencillos,  nuestro trabajo y se produce  el hechizo.

La levadura resucita y se transforma en algo diferente, un alimento que marcó la vida del hombre, que encierra todo; sabor textura, calidad. Un producto auténtico que nutriendo al cuerpo da paz al espíritu.

Imagino como otras mujeres repetían diariamente los mismos movimientos. Hasta hace poco tiempo cada familia cocía su propio pan y ponía al hacerlo el mayor cuidado, en casa intento hacer lo mismo aunque no sea el pan nuestro de cada día.

Me gusta el pan calentito, me encanta el olor a pan recién hecho un placer al alcance de todos.

Su aroma me lleva más allá de su sabor, de su naturaleza, de su crujiente corteza, de su relleno esponjoso, me traslada mucho más lejos, a ese rinconcito confortable en la cocina de mi casa.

En concreto a la mesa camilla de la cocina, un lugar en el que solo cabía mi pan, mi leche y el sol que entraba por la terraza acristalada y jugaba con mis manos, mientra mi madre me decía: «espabila que ya es hora de ir al colegio».

Junto al pan crecía yo,  crecen mis sueños, mi historia, las vidas de los que me acompañan cada día.

Tengo una confesión que haceros; siempre caigo en la misma tentación,… nunca consigo que llegue entero a la mesa.

¿Qué necesitamos?

400 gr. de harina de fuerza
110 ml. de agua
130 ml. de leche
20 gr. de azúcar
8 gr. de sal
9 gr. de levadura
8 gr. de mantequilla
mantequilla para engrasar el molde
leche para pintar el pan







¿Cómo lo hacemos?
Esta receta es muy fácil, sin masa madre y con poco trabajo de amasado vamos a conseguir un pan de molde perfecto con corteza suave para sándwiches y bocadillos.

Para conseguir una miga, densa esponjosa y sin agujeros solo tenemos que asegurarnos de quitar gas a la masa, no os preocupéis voy a contar como hacerlo.
Con thermomix

Ponemos el agua, la leche y la mantequilla en el vaso de la Thermomix y programamos 2 minutos, 37 grados, velocidad cuchara con la levadura.
Incorporamos la harina, la sal, el azúcar y programamos 3 minutos, velocidad espiga.
Dejamos reposar la masa 45 minutos en el vaso de la thermomix




Sin thermomix

Pon el agua y la leche templadas en un vaso, echa  la levadura y disuelvela removiendo con ayuda de una cuchara, incorpora la sal, el azúcar y mezcla.
En un bol, ponemos la harina y añadimos la mezcla anterior, removemos con la mano hasta que queda todo mezclado y una masa.

En ese momento lo sacamos del bol y lo amasamos durante 2 minutos sobre la mesa de cocina. Incorporamos la mantequilla, que estará a temperatura ambiente y seguimos amasando.
hasta que quede una masa homogénea, brillante y elástica. Métela dentro del bol con espacio suficiente para dejarla crecer y tápala con papel film. Deja reposar 45 minutos.

Seguimos el proceso

Sacamos la masa de la thermomix o del bol, la colocamos sobre una superficie de trabajo y comenzamos a trabajar la masa doblándola y girándola, durante 10 minutos.
No hace falta enharinar la mesa de trabajo.
Hacemos una bola y la dejamos tapada con un paño 5 minutos

Es el momento de empezar a quitar el gas, para ello la aplastamos contundentemente, quedando una torta plana y más o menos cuadrada. En la última fase, me ayudo de un rodillo para que quede finita, esto evita los agujeros en el pan.

La doblamos (observa las fotografías)

Primero doblamos dos extremos.

Después, sobre estos dos dobleces doblamos un extremo llevándolo hasta la mitad.

Sobre este último doblez, doblamos el otro extemo.

Y lo metemos en el molde, previamente engrasado con mantequilla con los dobleces hacía abajo.

Lo tapamos con un trapo humedecido y dejamos que fermente nuevamente durante 60 minutos.

Pincelamos la superficie con leche por todos los lados, procurando dejarlo nuevamente con los dobleces hacia abajo. Y la llevamos al horno precalentado a 210º

Hornea  durante 25 minutos 210 grados, a mitad de cocción si ves que la corteza ya está dorada la tapamos con papel aluminio.
Trucos:
Si nos gusta la corteza más blandita, añadimos a la leche con la que pincelamos el pan 25 gr. de mantequilla derretida.
Cuando lo sacamos del horno comprobamos la dureza de la corteza y si nos gusta aún más blanda, metemos en una bolsa de plástico, el pan recién sacado del horno y la cerramos.
Yo lo pincelo solo con leche, lo saco del horno lo dejo fuera unos 5 minutos y lo meto en una bolsa de plástico un par de horas y queda perfecto para nuestro gusto.


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