Panacota de dos colores, con y sin thermomix

Debajo de mi casa había un obrador de repostería, siempre estaban los hornos encendidos y los olores se propagaban por toda la casa, provocando que los más pequeños estuviéramos pegados a la puerta, esperando que nos sacaran los excedentes de su trabajo; siempre caía alguna magdalena, algún pastel…

Tengo que reconocer que yo tenía enchufe,  los dueños eran un matrimonio con tres hijos mayores y la madre, que tenía ganas de niña, estaba encantada conmigo.

Me dejaba entrar hasta la parte de atrás de la pastelería, donde tenían una mesa camilla. Me encantaba verlos trabajar, artesanía auténtica, una celebración de lo dulce, en la que se combinaban sabores, aromas, colores, cenefas, bandejas, todo ello culminaba en: tartas increíbles, innumerables pasteles, cajas de magdalenas, palmeras, mazapán, bambas de nata, pepitos de crema…

Como os decía, era una privilegiada, en más de una ocasión, me daban un vaso de leche acompañado de aquellas delicias recién salidas del horno.

Pero además, si se preparaban algo especial para ellos y Luisa me veía jugando en el patio rápidamente me llamaba, para que yo también lo disfrutara.

El otro día, comentando con mis hijos estos recuerdos, les hablé de un dulce que hacían y que a mí me gustaba mucho, la Panacota. Me di cuenta de que no sabían de qué hablaba, porque que nunca la habían probado y, claro, rápidamente he intentado subsanar este vacío en su cultura gastronómica.

Entre otras cosas porque es una receta rica y muy sencilla, no se necesita horno, ni limpiar mucho; con un cazo, unos vasitos y una cuchara, listo. Aquí dejo la receta.

¿Qué necesitamos? (6 raciones)

600 ml de nata para montar
100 ml de leche
1/2 rama de vainilla, o una cucharada de azúcar avainillado o 1 cucharadita de vainilla líquida
1 o 2 sobres de café soluble instantáneo o 1 vaso de café
6 láminas de gelatina
50 ml. de brandy (opcional)
110 gr. de azúcar
50 gr. de azúcar glass
1 cucharadita de maicena

¿Cómo lo hacemos?

Ponemos las hojas de gelatina en un bol con agua fría

Separamos 400 ml. de la nata y reservamos los otros 200 ml. Unimos la nata con la leche, agregamos el azúcar, la vainilla y el brandy y lo hervimos ligeramente durante unos minutos.



Con Thermomix: Ponemos en el vaso los 400 ml. de nata, la leche, el azúcar, la vainilla y el brandy y programamos 6 minutos, 80º, velocidad 3,3.

Separamos la mezcla del fuego y agregamos las láminas de gelatina y removemos hasta que se empiece a atemperar.
Con Thermomix: Añadimos la gelatina escurrida  y programamos 10 s., velocidad 3, 4.

Dividimos la mezcla en dos partes, y en una de ella agregaremos el café (la cantidad de café, dependerá de nuestro gusto, más o menos, según lo prefiramos más suave o fuerte).

Rellenamos los moldes que vayamos a utilizar (sea uno único o vasitos como he utilizado yo) con la mezcla del café, y metemos en el congelador de la nevera y dejamos gelificar por completo, tarda unos 10 minutos.
La otra parte de la mezcla la dejamos a temperatura ambiente.

Cuando ha pasado este tiempo, rellenamos con la otra mezcla, dejando espacio para decorar con nata montada.

En el momento de servir, montamos la nata que habíamos reservado. Para hacerlo ponemos en un bol; los 200 ml. de nata, 250 ml. de nata, 50 gr. de azúcar glass y la cucharadita de maicena.
Elaboración de la nata si pinchas en este enlace te lleva directamente a la forma cómo montar nata para añadirla a los vasitos.

Rellenamos los vasitos con la nata montada y los adornamos con bolitas de chocolate o a nuestro gusto. Y listo para disfrutarlo.

Colaboración de mi hijo.

Ha montado la nata y ha decorado los vasitos de panacota.
Si lo hacemos en un solo molde, podemos desmoldarlo y servirlo como si fuera un flan


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