Creo que las Natillas caseras es uno de los postres más tradicionales y familiares que tenemos.
Mi abuela era siempre capaz de adivinar como me sentía, borraba tropiezos y lágrimas en un momento, diciéndome que me iba a preparar para merendar unas ricas natillas. Tenía la gracia y frescura necesarias, para que descubrir el mundo a su lado fuera algo sencillo.
Poseía un talento especial para la cocina, un toque único, que para mí era diferente. Cualquier comida que ella hacía estaba exquisita. Me gustaba estar a su lado en la cocina, y aunque no hacía mucho caso a lo que se cocía en los fogones, ella me atrapaba con sus historias y siempre me sorprendía.
Esta receta de natillas caseras es la original que ella nos hacía, una receta que nunca pasa de moda, sencilla, saludable y con historia. Nadie podía resistirse a sus natillas eran cremosas con el punto de dulzor justo que nunca te empalagaba y hechas sin ningún producto artificial.
Cuando ya me decidí a entrar en la cocina, un poquito, fue uno de los primeros platos que cociné y recuerdo sus consejos:
«Hija no tengas prisa haz las natillas a fuego lento, para que se cuaje poco a poco. De un día para otro, están más buenas y así las comes bien fresquitas.
Añade siempre una pizca de sal es el truco para que el dulzor sea más delicado. Pon la galleta María en el momento de hacer las natillas, para que se quede blandita y se corte bien con la cuchara. No escatimes los huevos y que sean bien frescos».
Era una mujer tierna, aunque nunca expresaba su ternura con palabras, porque había sufrido. Pertenecía a una generación devastada por la guerra, te mostraba sus sentimientos a través de pequeños detalles. Los que la conocían dicen de ella que era generosa por naturaleza.
Natillas caseras
Ingredientes
- 1 L. Leche
- 5 uds. Huevos
- 140 gr. Azúcar
- 2 cdas. Azúcar vainillado
- 1 cdta. Maicena
- ⅓ ud. Limón su piel
- pellizco Sal
- 1 Palo de canela
- Canela en polvo al gusto
- 1 chorrito Jerez dulce opcional
- 8 udes. Galletas María
Instrucciones
- Preparamos los ingredientes.
- Separamos la mitad de la leche y la ponemos en un cazo, con el azúcar, la canela y la piel del limón, a fuego medio hasta que empiece a hervir.
- En ese momento bajamos el fuego al mínimo y mantenemos 5 minutos. De esta forma la leche coge el sabor de la canela y el limón.
- Dejamos que se enfríe.
- En el vaso de la batidora, ponemos el resto de leche, la maicena, el pellizco de sal, los huevos, y batimos (mi abuela lo hacía a mano).
- Colamos la leche infusionada con el limón y el palo de canela.
- Y la incorporamos al vaso de la batidora, volvemos a mezclar.
- Ponemos la mezcla en un cazo a fuego bajo, hay que tener cuidado de que no hierva y remover porque la leche se pega con mucha facilidad.
- No tarda mucho en ir espesando. Cuando ya han adquirido la consistencia que nos gusta apagamos el fuego. Hay que tener en cuenta que las natillas, al enfriarse, espesan y que tienen que ser parecidas a un yogur batido.
- Añadimos el chorrito de licor y movemos con una cuchara de madera aprovechando el calor residual durante medio minuto.
- Ahora pasamos las natillas al recipiente en el que vamos a servirlo, adornamos con la galleta. Y esperamos a que se enfríe.
- Lo pasamos al frigorífico hasta la hora de sacarlo a la mesa, en ese momento espolvoreamos la canela.
Datos nutricionales
Si queremos guardar las natillas más de un día, las tapamos con papel film y las metemos también en el frigorífico. Se conservan sin problema tres o cuatro días.