Esta sopa de ajo, es el mejor ejemplo de los platos tradicionales de cuchara de toda la vida. Un plato hecho con productos humildes, económicos e incluso de aprovechamiento, que reconfortan el cuerpo los días fríos del invierno.
A pesar de que su apariencia es muy sencilla, es un plato muy rico, y si no lo has probado, no puedes dejar pasar más tiempo sin hacerlo. Porque, aunque no tengas ni idea de cocina es tan simple y fácil que te va a quedar deliciosa. Con la ventaja de que además se hace en un momentito. Si o sí, estoy convencida que va a gustarle a todo el mundo.
La receta que traigo hoy está hecha con los ingredientes tradicionales; pan de hogaza bien asentado, ajos, huevos y embutidos que en España son de calidad. Con el tiempo el agua se ha sustituido por caldo que estoy convencida que mejora el plato, os garantizo que también os van a saber a gloria.
Se llama también sopa castellana porque es un tipo de sopa típica de la gastronomía de Castilla y la región leonesa.
Ingredientes para hacer la sopa de ajo
El caldo
Al principio este plato se hacía con agua, y evidentemente puedes hacerlo así, pero mejora mucho la calidad y el sabor del mismo si utilizamos caldo. Cómo es un plato de aprovechamiento puedes hacerlo con restos de caldo que tengas. Yo suelo aprovechar el caldo que me sobra del cocido o un caldo base que suelo hacer y que me vale para muchos platos. Pero puedes hacerlo con el que más te guste; pollo o verduras.
El pan
Tradicionalmente se hacía con el pan duro que iba sobrando en casa.
El pan que mejor queda es el candeal y es preferible si el pan tiene varios días de reposo en casa, lo que se llama pan asentado. porque al estar duro tiene más cuerpo y queda con mejor textura al ensoparlo.
El embutido
Se solían hacer de chorizo, pero también aprovechando el que había en casa. Por eso en algunas casas se empleaba jamón. O la mezcla de chorizo o jamón. Personalmente me gustan más con chorizo. Y si lo hago con mezcla utilizo el doble de chorizo.
Los huevos
Solo se añadían en las casas pudientes. Se suele añadir uno por persona y se ponen enteros para que queden escalfados, al gusto de cada uno. Pero también es costumbre añadirlos batidos para asegurarse que no quede ninguna parte cruda.
Versión vegana de la sopa de ajo
Utiliza caldo vegetal, elimina el embutido y añade una zanahoria troceada sustituyendo al huevo.
Sopa de ajo
Ingredientes
- 10 dientes Ajo
- 160 gr. Pan asentado
- 150 gr. Chorizo picadito
- 6 uds. Huevos
- Aceite de oliva
- 1 cdta. Pimentón dulce
- 1,5 L. Caldo
- Pimienta al gusto
- Sal al gusto
Elaboración paso a paso
- Preparamos los ingredientes.
- Cortamos el pan en rebanadas finas y no muy grandes.
- Fileteamos los ajos.
- Quitamos la piel al chorizo y lo cortamos en taquitos.
- Ponemos una sartén grande al fuego con aceite y añadimos los ajos, cuando empiezan a dorarse, los retiramos antes de que se quemen y los reservamos.
- En la misma sartén añadimos el chorizo y lo damos un par de vueltas.
- Incorporamos el pan y removemos para que se impregne del aceite.
- Apartamos la cacerola del fuego y añadimos el pimentón.
- Removemos un poco y vertemos el caldo de pollo o agua.
- Ponemos a fuego medio y añadimos los ajos reservados y la pimienta molida.
- Subimos el fuego hasta que hierva.
- Dejamos cocinar 5 minutos, rectificamos de sal y añadimos los huevos si los hacemos escalfados, lo dejamos unos 10 minutos a fuego medio.
- Otra forma de incorporar los huevos es batiéndolos y añadiéndolos en hilo a la vez que removemos con unas varillas.
- Apagamos el fuego y dejamos que cuajen con el calor residual y la cacerola tapada.
- Al final podemos añadirle pimienta negra molida y/o hierbabuena.
Datos nutricionales
Mi abuela nos la solía hacer para cenar cuando venía a vernos un poco antes de que empezara la Navidad y fue ella la que me contó esta historia:
El pueblo de mi abuela está a los pies de la Sierra de Guadalupe, es una zona buena para caza mayor.
Me contaba, que hace muchos años, a finales del siglo XIX. El hijo mayor de los Condes de Santa Olalla, fue a cazar por aquellos parajes y se extravío.
Estuvieron buscándole durante todo el día, pero no dieron con él. Organizaron varías partidas para los días siguientes.
Al cabo de cuatro días dieron aviso de que había aparecido, parece ser que un pastor le encontró, el segundo día casi muerto de frío y de hambre.
Le llevó a su choza y le procuró calor y alimento. Una vez que comprobó que ya había recuperado fuerzas, le puso en un camino que le llevaba al pueblo más cercano.
El muchacho regreso a palacio, les contó a todos que nunca había comido un manjar tan delicioso como el que le había preparado el pastor. Todos se quedaron asombrados cuando les dijo que era una sopa de ajo.
La madre por darle gusto pidió al cocinero que se las preparara, cuando las probó dijo que estaba bien, pero ni punto de comparación con lo que le había dado el pastor.
Seguía el joven con el capricho de volver a comer tan exquisito plato. Un año después repitieron caza por el mismo lugar. Y por satisfacer a los Condes se pidió a unos pastores que hicieran la sopa de ajo. Cuando las sirvieron en la mesa, el mozo seguía sin estar satisfecho.
Todos estaban con curiosidad e interés por saber cómo lo haría el pastor y pidieron que le llevaran a la dehesa en la que se alojaban. Se presentó el pastor y recibió parabienes por haber salvado al Conde, además de solicitarle que contara los ingredientes secretos que utilizaba para su maravillosa sopa de ajo.
El pastor, hombre recio, les dijo con toda naturalidad: «el ingrediente secreto de mi sopa es el hambre que tenía su señoría después de estar dos días sin comer y que usía no ha reconocido por no haberla sentido nunca antes en su vida».
Una sopa riquísima con mucha o poca hambre
Un plato pobre pero a su vez muy pero que muy rico 😋😋