Huevos al plato

Puede que no exista un plato que iguale más a ricos y a pobres que los huevos fritos, exquisitos en su sencillez, con sus puntillitas blancas, su yema amarilla, principio de todo, inicio de la vida.

¿Qué me gustan los huevos fritos? me encantan, si tuviera que elegir un plato entre todos los que me gustan me resultaría complicado, pero si tuviera que elegir mi última cena estoy convencida que escogería unos huevos fritos en su punto.

De esos de gallinas sueltas, que te puedes dejar media barra mojando la yema, acompañado de unas patatas fritas y unas lonchas de jamón ibérico. ¿qué puede haber mejor en este mundo?

¿Pensáis que soy una exagerada?. Cuándo tenía nueve años me rompí la muñeca, no entró en detalles del accidente porque perderíamos el hilo, pero el caso es que tuvieron que hacerme dos operaciones. En aquella época te dejaban ingresada en el hospital mucho tiempo, de hecho yo estuve casi un mes.

La comida del hospital se limitaba a acelgas, trozos de pollo, sopa sosa, judías verdes, pescado cocido, alguna loncha de jamón york para las meriendas; el placer era algo extraño en esas mesas.

En medio de aquel páramo de comidas aburridas y hostiles, surgió una promesa. Una amiga de mi madre llamó por teléfono para avisar que venía a verme, pregunto ¿quieres que te lleve unos bombones, pasteles, que prefieres? Yo sin pensarlo contesté; huevos fritos, imagino su sorpresa.

Allí estaba yo aquel martes esperando mi plato de deliciosos huevos fritos, era la felicidad absoluta en medio de un mundo de purés espesos. Un momento de gozo, de sabor supremo, y entonces se abrió la puerta y allí estaban mis huevos fritos, perfectos mucho pan y un tenedor, yo reinaba sobre mis huevos fritos.

Pero entonces algo falló, levante la mirada, allí estaban mi madre y su amiga expectantes, vigilando complacidas, me centre de nuevo en el plato y los comí sabiendo que no debía decepcionarlas. A pesar de todo … me gustaron.

Al despedirse me dijo; el próximo día ¿otro par de huevos? Contesté «mejor bombones, que los huevos llegan fríos».

Este post no va a ser un tutorial de como freír huevos, vamos a vestirles de fiesta …

¿Qué necesitamos? (6 raciones)

Las cantidades que os pongo es en función de un entrante, si queréis que sea un segundo plato, pondría 2 huevos por persona.
6 huevos
120 gr. de butifarra blanca
120 gr. de chorizo
300 gr. de tomate frito
sal
pimienta
aceite de oliva
mantequilla.

¿Cómo lo hacemos?

Untamos una fuente de horno con un poco de aceite de oliva y vertemos en ella la salsa de tomate frito. Es importante que sea un buen tomate frito porque junto a los huevos son el sabor predominante en este plato. Si quieres una buena receta pincha en este enlace «tomate frito casero«, te lleva a un post donde cuento como se hace.

Cortamos la butifarra y el chorizo en rodajas y la colocamos sobre el tomate frito. Introducimos la fuente en el horno, precalentado a 180º durante 5 minutos.

Sacamos la fuente del horno y cascamos los huevos encima de la salsa. Ahora ponemos un trocito de mantequilla sobre los huevos para que resulten más jugosos y la yema no se reseque.

Los volvemos a llevar al horno, con calor arriba hasta que la clara cuaje pero cuidando que la yema no quede muy hecha.
Lo sacamos del horno y salpimentamos. Se sirve muy caliente

Colaboración de mi hijo
Este plato le encanta, además no sé porque pero le gusta cascar los huevos y colocarlos sobre el plato, a partir de este punto él lo remata  solo.

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