Milhojas con y sin thermomix

El origen de las milhojas se atribuye a pasteleros Franceses, pero lo cierto es que como con otras preparaciones no está demasiado claro. Se le denomina también tarta de Napoleón, porque era un incondicional de este postre.

Es un dulce con pocos ingredientes, pero de complicada elaboración, sobre todo si hacemos el hojaldre casero.

El hojaldre lo he hecho manualmente una vez y la conclusión fue; una y no más Santo Tomás. Se necesita tiempo, ganas y habilidad para lograr hacer correctamente los doblados y estirados de la masa.  Personalmente considero que aunque evidentemente está mucho más rico, para ciertas preparaciones en las que se utiliza poca cantidad no merece la pena el esfuerzo.

Compro una masa de hojaldre industrial que me gusta mucho resolviendo modestamente este paso, con lo cual se facilita mucho la ejecución del postre.

Las milhojas están compuestas por varias capas que combinadas con equilibrio y armonía forman un pastel perfecto, delicioso, ligero, fresco y  tentador. Los elementos deben prepararse por separado y luego unirse, como  un coro, cada voz tiene su melodía y unas voces acompañan a otras líneas melódicas moviéndose y armonizándose hasta lograr el sonido perfecto.

De la misma forma en este dulce, un sabor acompaña a otro mezclándose hasta conseguir crear un todo complejo de sabor irresistible.

¿Qué necesitamos? (8 unidades)

2 láminas de hojaldre rectangulares
4 claras de huevos
200 ml. de nata para montar con un 35% de materia grasa
60 ml. de agua
150 gr. de azúcar
1 cucharada de maicena
60 gr. de azúcar glas + el necesario para decorar
sal

¿Cómo lo hacemos?
Antes de empezar voy a comentar dos cosas. La primera el secreto para que quede perfecto es que las láminas de hojaldre queden muy finas.
Lo segundo es que el merengue que se utiliza para hacer las milhojas es el italiano, pero a mí me cansa muchísimo el sabor demasiado empalagoso de esta preparación, con lo cual he reducido las cantidades de azúcar y lo mezclo con la nata. Ya veréis que el  resultado es delicioso.

Comenzamos:

 

Vamos con las láminas de hojaldre

Colocamos papel de horno sobre la bandeja que vayamos a usar. Con ayuda de una regla hacemos rectángulos y vamos cortándolo con un cuchillo. Y espolvoreamos azúcar glas por todos los cuadrados de hojaldre.
Precalentamos el horno a 200º C.

El truco para conseguir que las láminas de hojaldre queden finitas, consiste en colocar sobre los rectángulos de hojaldre papel de horno y encima una bandeja con agua para que haga peso y al hornearlas queden planas.

Bajamos la temperatura a 180º C y metemos las bandejas en el horno aproximadamente durante 10 minutos. Las sacamos, quitamos la bandeja superior con el agua  y el papel que teníamos encima de las láminas. Volvemos a meter las láminas de hojaldre en el horno hasta que estén doradas, controlando que no se quemen. Las sacamos y ponemos sobre ellas el papel y la bandeja con agua para que haga peso. Reservamos.

Hacemos el merengue

 

Mientras se hornean, preparamos el merengue.

Colocamos en un cazo el agua, los 150 gr. de azúcar. Lo calentamos a fuego medio hasta que hierva.
Sabemos que el almíbar está listo cuando hace burbujas grandes, como pesadas, cambia un poquito de color y al introducir la espátula forma como una gota que cae muy lentamente, como estirándose. 

Ahora montamos las claras a punto de nieve, para hacerlo separamos las claras de las yemas. Si necesitas más explicaciones que las que voy a contaros a continuación,  pincha en este enlace montar claras a punto de nieve, en él te explico todos los secretos.
Con Thermomix

Pon la mariposa, agrega las claras de huevo, la pizca de sal, los 60 gr. de azúcar glas y programamos 2,5 minutos para 4 claras de huevo en velocidad 3 y medio. Listo







Batidora

Ponemos el pellizco de sal y empezamos con una velocidad baja, ya que esto ayuda a formar las burbujas de aire que contribuye a dar estabilidad a las claras.

Hacemos un movimiento circular de abajo hacia arriba y no en horizontal para incorporar el máximo de aire que se pueda.
Aumentamos la velocidad y veremos como empieza a espesarse entrando en la etapa de puntas blandas, es decir se forman unas puntas, pero no se mantienen hacia arriba.

Seguimos y comprobamos que se está formando una masa densa, pero si ponemos una cucharilla de pie no se sujetaría es la etapa de puntas rígidas

Continuamos batiendo y alcanzamos el punto de nieve la cucharilla se mantiene y si giramos el recipiente el contenido no se cae, es capaz de vencer la fuerza de la gravedad porque tiene la consistencia necesaria.

Mucho cuidado si seguimos batiendo las claras después de alcanzar el punto de nieve, disolveríamos la espuma y se convertiría la crema en una mezcla de agua y grumos.

 
Cuando el almíbar esté listo no debemos dejar que se enfríe, lo retiramos del fuego y lo vertemos sobre las claras batidas poco a poco, al hilo. Es muy importante que no dejes de batir mientras añades el almíbar a las claras para que se integren bien ambos ingredientes y conseguir un merengue perfecto, una vez que terminamos de añadir el almíbar, continuamos otros hasta que esté bien espeso. 
En Thermomix continuamos con velocidad 3,5, hasta que esté incorporado, continuamos cuatro minutos más a la misma velocidad.
El merengue casero estará a punto cuando al girar el recipiente no se cae.
 

 

Montamos la nata

 

 
Ponemos la nata en la batidora o Thermomix (velocidad 3, con la mariposa y durante 1 minuto aproximadamente), cuando empieza a montar añadimos 30 g. de azúcar glass y 1 cucharada de maicena. Si necesitas ver como conseguir una nata firme y consistente pincha en este enlace: hacer nata montada
 

Cuando tenemos la nata montada y firme añadimos el merengue,  lo mezclamos cuidadosamente con ayuda de unas varillas y movimientos envolventes.

 
Vamos a montar las milhojas. Cogemos un rectángulo de hojaldre (ya frío) ponemos una capa gruesa de la mezcla de merengue y nata, luego colocamos otro rectángulo sobre el merengue. Y con ayuda de un cuchillo o una espátula corregimos los bordes de las milhojas, para evitar que el merengue sobresalga.
 
 
 
Por último espolvoreamos azúcar glass sobre las milhojas  y ¡listas! Ya están preparadas para servirse.
 
 
 
 
 
 
 
Colaboración de mi hijo
En esta ocasión él ha montado la nata solo, tenía muchas ganas de comprobar si le salía bien. La ha mezclado con el merengue y ha montado las milhojas.


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